martes, 16 de febrero de 2010

Publicado 15 de Febrero en www.elfaro.net
¿Cómo se pierde la confianza de Funes?
Por Élmer Menjívar
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El argumento que el Presidente Funes ha esgrimido para justificar la destitución de Breni Cuenca como Secretaria de Cultura ha sido la “pérdida de confianza”, y lo más parecido a una explicación de por qué le perdió la confianza es una declaración ambigua que bien podría poner a temblar a muchos otros de sus funcionarios aún en sus cargos: “como gobernante exijo a los funcionarios resultados concretos que impliquen un cambio visible con respecto a gestiones anteriores y este no es el caso en la Dra. Cuenca”.
Bajo la lógica de esta expresión del señor Presidente, el Ministro de Justicia y Seguridad Pública tienes sus días contados en el cargo, lo mismo el director de la Policía Nacional Civil, porque es innegable que no hay cambios positivos visibles con respecto a gestiones anteriores, aunque sí hay cambios negativos sumamente visibles en el aumento sin precedentes del número de homicidios diarios y en la ampliación del menú de prácticas delictivas. No queda claro si lo que le da confianza al señor Presidente es únicamente ver cambios, aunque estos sean para empeorar.
Sepa el señor Presidente que buena parte del mundo cultural e intelectual de El Salvador está desconfiado, conmovido, confuso y desencantado por la destitución repentina de la doctora Breni Cuenca como cabeza de la nueva Secretaría de la Cultura. Hay un significativo número de personalidades con mucha relevancia para la cultura de El Salvador que estaban esperanzados, comprometidos y entusiasmados por los proyectos que había anunciado la SC. Muchos expertos interpretan la gestión interrumpida como testimonio de muchos cambios positivos respecto a las administraciones anteriores ¿Cómo piensa el Presidente explicarle a los actores culturales del país una decisión que choca con la percepción que ellos tienen de la situación? ¿Acaso ignorará las preguntas y desacuerdos de los artistas, intelectuales y académicos? ¿Conocía el señor Presidente todos los planes y proyectos levantados hasta ahora? ¿Descartará todo los planes y proyectos levantados hasta ahora? ¿Hablará franca y abiertamente sobre el tema alguna vez con quien tiene que hacerlo? ¿O en este caso también abanderará aquello de que “no tiene que darle explicaciones a nadie”?
Por la forma en que el Presidente Funes se ha asomado al tema cultural deja muchas dudas sobre su conocimiento efectivo del estado de la cuestión y de sus actores. Tres veces ha aparecido la mano presidencial para actuar sobre la Cultura: una al abrir el tortuoso y particular camino que escogió para tomar la decisión de nombrar a la Secretaria de Cultura; la segunda para corregir el error y tomar una decisión bien recibida por la mayoría, aunque con detractores con el legítimo derecho a disentir. Y la tercera, para deshacer la corrección y dejar otra vez a la cultura a la deriva, y peor aún, sin ningún asomo de interés por ahondar en explicaciones racionales.
Los artistas, los intelectuales, los académicos y sus audiencias son gente inquieta, apasionada, amante de las ideas y del debate, creen en la razón, aunque no siempre están de acuerdo ente sí, pero en este país mueren de sed por un gobierno que le dé importancia a la Cultura, y esperan que el Cambio prometido implique calmar esta sed. No se trata de un sector con intereses empresariales oscuros, no se trata de una argolla que ostenta poder fáctico, no se trata gremios que van a paralizar el tráfico ni a boicotear el trabajo del gobierno. Se trata de personas que en su mayoría están consientes de que su trabajo tendrá una influencia decisiva en el desarrollo del país, en el crecimiento espiritual de toda la población, en elevar la sensibilidad de la sociedad entera. No están pidiendo privilegios, sino verdadera voluntad de cambio, coherencia, racionalidad, sensibilidad y respeto...
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